El bosque es un lugar demasiado oscuro y profundo, tengo promesas que cumplir y mucho que viajar antes de poder dormir...

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Inception (a.k.a. Origen, de Christopher Nolan, 2010)

Título original: Inception
Año: 2010
Duración: 144 minutos
País: EE.UU.
Género: Ciencia Ficción, Thriller, Acción
Dirección: Christopher Nolan
Música: Hans Zimmer
Web: www.warnerbros.es/inception

Dom Cobb es el mejor a la hora de sustraer secretos e información de las profundidades del subconsciente mientras la mente duerme.  Convertido en una pieza clave del espionaje corporativo, también se ha convertido en un fugitivo internacional, sacrificando todo lo que le importa. Pero a modo de redención le llega una oportunidad: un trabajo que  podría ser el último y que le permitiría recuperar su vida anterior. Pero la tarea no es sencilla: en lugar de robar una idea, el trabajo consiste en insertar una. Ni la cuidadosa planificación ni su habilidad resguardarán al equipo de Cobb de los peligros de la mente a los que se enfrentan.


Una vez más, Christopher Nolan lo ha vuelto a hacer: ha creado una película maravillosa, inmensa, grandiosa. Se ha liado la manta a la cabeza y, pasando de la tendencia actual imperante en el mundo del cine (esa que deja a un lado la originalidad y se centra en remakes, nuevas versiones, precuelas y secuelas), ha concebido una auténtica OBRA MAESTRA del cine contemporáneo sin recurrir a terceros. Origen (Inception) es, a todas luces, la película del año y una de las mejores  de lo que llevamos de siglo XXI. Y es más, servidor se atreve a decir de viva voz que con el paso del tiempo se convertirá en pieza clave del cine de ciencia ficción y en una de las películas más influyentes de la Historia del Cine (y ahora es cuando me vapulearán, sin duda...).

Por eso antes de seguir quiero darle las gracias al señor Nolan por todo lo que ha hecho, hace y sin duda seguirá haciendo por el mundo del Séptimo Arte, más arte que nunca cuando es él quien lo idea, lo plasma y lo sirve para nuestro deleite. Gracias por hacer que rebrote en mí la esperanza perdida de que existieran todavía ideas originales y decentes en la industria hollywoodiense. Gracias por hilar tan fino una historia tan compleja y a la vez interesante, tan magnífica y tan perfectamente orquestada, que incluso horas después de haber abandonado la sala de cine, sus ecos aún resonaban en mi cabeza. Gracias por no tomar por tontos a los espectadores y por no insultar nuestra inteligencia al ofrecernos una película de la talla de Origen, un mecanismo fílmico engrasado con sueños que hace que la mente del espectador trabaje y despierte del letargo en el que se había visto sumido con el consumo masivo de tantas y tantas películas (unas mediocres, otras incompletas, bastantes no complacientes...) que hasta ahora nos lo daban todo bastante cocinado y apenas dejaban sitio para la imaginación y la teoría. Gracias por dedicar una mente maravillosa a la creación de historias maravillosas. Y, por favor, no nos deje...


El argumento de Origen es una auténtica obra de ingeniería que encaja a la perfección, y la grandeza del guión es debida íntegramente a Christopher Nolan, habiendo invertido casi diez años de su vida en pulir el diamante, ¡y qué resultado! Una historia de entramado complejo pero comprensible, que intenta trasladar la mente del espectador un poco más allá de lo que estamos acostumbrados, cosa que es de agradecer. Nolan  juega con nosotros (cosa que le encanta...) y hace que desempolvemos las neuronas para atravesar un laberinto hipnótico y onírico, para resolver un puzzle narrativo de apariencia compleja pero sencilla resolución (siempre y cuando nos dejemos llevar y aceptemos jugar a lo que Nolan propone). Superponiendo varias realidades, varios niveles, es inevitable sumergirse de lleno en la propuesta y atravesar ese laberinto argumental jalonado de increibles efectos especiales y ramalazos de acción. La historia de Origen es refrescante, novedosa, estimulante e ingeniosa. Pero también es trepidante y las casi dos horas y media de película pasan volando, en un ejemplo del elevado nivel de entretenimiento que Nolan suele conseguir en sus últimas producciones, consiguiendo lo que poca gente ha logrado: sumar calidad narrativa con entretenimiento puro y duro. Se acercó bastante con El Caballero Oscuro (ver reseña AQUÍ), toda acción y dualidad moral, pero con Origen lo ha conseguido en un 99,99 %. Y eso tiene mérito, mucho mérito...


Y si innegable es el peso de la trama y su originalidad en el positivo resultado final, no lo es menos el mundo que Nolan recrea haciendo uso del derroche visual que disfrutamos en pantalla,  de potencia y belleza inusitadas, y sirviendo de perfecto complemento, marco y apoyo para la tremenda historia que tiene detrás. Christopher Nolan consigue introducirnos en ese universo onírico donde trabaja DiCaprio y su equipo, un mundo sencillo pero hermoso, sin estridencias pero cargado de una fuerza arrebatadora. Lo mejor de todo es que consigue resultados increibles con la dosis exacta de efectos especiales que, aún siendo espectaculares, saben ser comedidos y ocupar el espacio justo para dejar que la historia, lo más importante de todo al fin y al cabo, transpire y los actores se sientan intérpretes y no marionetas delante de un ridículo fondo verde. Sin revelar nada y por poner un par de ejemplos, escenas como la de la furgoneta o el ascensor me embelesaron y he de reconocer que muchas veces me percataba sorprendido de que estaba conteniendo el aliento.


Por supuesto, un elenco de magníficos actores es un ingrediente básico para concebir un plato de la magnitud de Origen. Nolan lo sabe muy bien y por eso se rodea siempre de un grupo de intérpretes de calidad contrastada, pero también son gente de su confianza, personas en las que él sabe que puede depositar buena parte de las expectativas y no defraudarán. Es el caso del siempre correcto Michael Caine o de Ken Watanabe, quien ya tuviera su momento en Batman Begins y al que Nolan propone para  un rol con algo más de peso en Origen. Marion Cotillard carga sobre sus hombros con un personaje que, aunque aparece en breves dosis, es de una importancia capital, y durante esos momentos en los que aparece, la pantalla se inunda de una fuerza notable y una belleza arrebatadora a la par que extraña. El rol de Ellen Page es complejo y lleno de matices, y uno se va del cine con la sensación de querer conocerla mucho más en profundidad y de que es un personaje al que se le podría extraer muchísimo más.


Leonardo DiCaprio sigue a lo suyo, demostrando que hace tiempo que dejó de ser una cara bonita para adolescentes y labrándose una carrera en Hollywood digna de elogio, trabajando con lo mejor de lo mejor en cuanto a directores se refiere. Y mención especial para dos jóvenes actores: el primero, un Cillian Murphy que gracias a su melancolía y ambigüedad consigue que su personaje transmita lo que tiene que transmitir, y Joseph Gordon-Lewitt quien, en mi opinión, es el actor que más sale ganando con su paso por Origen. Suyas son las escenas de acción más innovadoras y surrealistas, esas que perduran en la mente del espectador, amén de que lleva unos años demostrando que es un actor como la copa de un pino. Ojo al Oscar a Mejor Actor Secundario... El resto de secundarios rayan a gran altura también: Nolan le regala a Tom Berenger un papel cómodo y de bastante peso en la historia y éste se lo agradece con una muy buena actuación y Tom Hardy se muestra como pez en el agua transpirando socarronería y alma macarra, y Dileep Rao vuelve a meterse en la piel de un personaje con reminiscencias, a grandes rasgos, del que interpretara en Arrástrame al Infierno. Lukas Haas y Peter Postlethwaite ejecutan dos breves papeles, resultando el veterano actor más convincente que el joven Haas.


Por lo demás, el universo de Origen es un precioso mosaico de aspectos que se solapan y encajan casi perfectamente: algunos de ellos lujosos y grandilocuentes, como los escenarios (abarcando zonas tan dispares como París, Tokyo, Túnez, Los Angeles o Canadá), que aturden los sentidos por su belleza y también en ocasiones te sobrecogen por su enormidad, haciéndote sentir muy pequeño, o aquellos otros minúsculos detalles en cuanto a forma pero no en contenido, como los tótems (una serie de objetos claves en el desarrollo de la película en su fase onírica). Y qué decir de la maravillosa banda sonora de Hans Zimmer, que vuelve a colaborar con Christopher Nolan acertando de pleno con una composición que se adapta a la perfección a la historia y a las imágenes en pantalla, relajándonos por momentos para, acto seguido, sobresaltarnos en un intento de que nos demos cuenta que el sueño se termina, o que la realidad vuelve a llenar la pantalla. Es una gozada, la llevo en el Ipod y no me canso de escucharla una y otra vez, junto con el tema de Edith Piaf "Non, je ne regrette rien", clave en la historia al ser utilizado como un elemento vinculante con la realidad.


Y lo mejor de todo es, insisto, el pulso mental al que Nolan nos reta. Sera de mayor o menor envergadura, eso lo dejo para que cada cual lo juzgue según su capacidad, pero es un desafío en toda regla y una deferencia para con el espectador. Durante las dos horas y media de film se acabaron las tonterías, los planteamientos insulsos, las respuestas fáciles, vacias, y la tomadura de pelo al respetable que muchas películas ejecutan sin el mayor reparo.


Aquí la historia traspasa la pantalla y sigue viva aún cuando abandonamos el cine, todavía late en nuestra conciencia mientras conducimos de vuelta a casa, y duerme con nosotros al intentar conciliar el sueño, leit motiv de la joya que Nolan ha creado y que nos sirve para que la disfrutemos como en pocas ocasiones ocurre en el mundo del cine. Giros, frases con doble sentido, personajes que rayan en la ambigüedad moral y existencial, realidades que convergen, que cohabitan, como matrioskas rusas... En fin, una auténtica gozada visual y argumental, y nunca antes había experimentado la sensación que me invadía al salir del cine: unas ganas tremendas de repetir lo vivido una y otra, y otra, y otra vez, como un sueño sin fin...Una y mil veces más, gracias señor Nolan.

3 comentarios:

Sonix dijo...

Me ha encantado tu crítica, me ha hecho recordar lo buena qu es la peli... y se ve que a ti también te ha encantado, sin duda.
Ahora lo que quiero es verla otra vez, esta vez en V.O... ains, ojalá hicieran más pelis así de buenas y que se quedan en la memoria.
Un beso!

Unai dijo...

Mis aplausos para la critica... si señor.

Yo tb tengo ganas de verla otra vez ya... ainsss pedazo peliculón.

Perse dijo...

Estupenda crítica de un gran film. Inteligente, trepidante, con ritmo y buenas actuaciones, amén de un buen guión. con los actores la única que me chirrió un poco fue Ellen Page, pero no por su actuación, sino por su papel, tremendamente desprovechado ( parecía que solo estuviera ahí para psicoanalizar a Cobb...).
Por lo demás si, es para verla otra vez.

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